domingo, 12 de mayo de 2013

Colored Spaguettis

Buscando por la red el otro día, entre recetas, blogs de cocinas, etc. Descubrí los colorantes alimentarios. Los colorantes alimentarios son un tipo de aditivos alimentarios que proporcionan color a los alimentos (en su mayoría bebidas), que si están presentes en los alimentos se consideran naturales y si por el contrario se añaden a los alimentos durante su preprocesado mediante la intervención humana se denominan artificiales.
Así que, dándole vueltas al asunto, estuve un rato reflexionando, viendo donde utilizarlos, cómo utilizarlos, y para qué, ya que su uso más común es la pastelería y repostería. No me convencía darle ese uso, prefería algo más atípico, algo que llamase la atención. Entre tantas ideas, se encendió la bombilla, y se me ocurrió colorear espaguetis de diferentes tonalidades.
El problema era como colorearlos. Una vez decidido, y puesto en práctica, esto fue lo que salió.


En primer lugar, como dije fui al supermercado y compré los colorantes alimentarios. Tengo entendido que el Mercadona los venden, y no se incluso si hay mas variedad o incluso otras marcas. Yo en concreto en Carrefour los que encontré fueron estos.



Además, creí oportuno comprar estas bolsitas para congelar comida, que me iban a servir para llevar a cabo mi receta.



Tras esto, puse una cacerola grande con agua a calentar para llevar a ebullición y una vez conseguido... cocer los espaguettis en el tiempo estimado. No me gusta nunca dejar los espaguettis los minutos que pone en la bolsa, ya que luego siempre se vuelven a cocinar con salsa, en el horno, etc. y es cuando se terminan de cocinar.

Mientras la pasta se cocía, fui metiendo en cada bolsita unas 20 gotitas de colorante alimentario (rojo, azul y amarillo), además de mezclar en dos bolsas más 10 gotas de azul con 10 de rojo (morado), y 10 gotas de amarillo con 10 de azul (verde). a cada bolsita le añadí posteriormente unos 10-15 ml. de agua.
El resultado fue este.



Una vez apartada la cacerola del fuego y muy muy bien escurrida la pasta (es fundamental para que no se añada mas agua a la mezcla de los colorantes), fui separando los espaguettis y añadiendo en cada bolsa, a ojo eh, uno a uno por supuesto no.



Una vez estaba la pasta en cada bolsa, los removí para que se impregnaran bien del colorante, y los volví a escurrir, por separado cada color, para que no se mezclaran. Una vez finalizado, los espaguettis ya estaban listos para ser cocinados. Esta vez, la primera vez, para no meter la pata, ni complicarme mucho más y que además quedaran así de llamativos, decidí simplemente saltearlos en una sartén con un poquito de aceite, ajito picado y perejil. Finalmente el plato una vez salteado y demás, quedó así.



Espero que os haya gustado esta novedosa receta, y la pongáis en práctica sacando vuestras propias mezclas, colores, pastas, etc. Saludossss.

sábado, 23 de marzo de 2013

Después de 70 años...

El único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y posiblemente en toda España. Sus ricas pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, junto al mobiliario de las primeras décadas del siglo XX, no deja indiferente al visitante. Así es como se nos presenta el Café Royalty en su propia web: http://www.caferoyalty.com/



Setenta años han tenido que pasar para que por fin abriera sus puertas de nuevo este local, que exhibe orgulloso en una encantadora plaza del Cádiz más antiguo: la Plaza Candelaria, antigua Plaza Emilio Castelar. Emblemático y elegante espacio muy visitado en la época por la alta burguesía gaditana.

El empresario gaditano Gómez Doreé abre por primera vez sus puertas en 1912, festejando el centenario de Las Cortes de Cádiz de 1812. Gracias a su suntuosa decoración, exquisitos productos, servicio esmerado y conciertos todas las noches, se convierte rápidamente en el café más visitado de la ciudad.

En el año 2008, Ricardo de la Serna Viguera y Ana Dolores Martín Fernández compran el establecimiento y deciden restaurarlo minuciosamente, para devolverle así el esplendor de antaño y recuperar la marca Café Royalty.

Después de una meticulosa investigación, reunimos a un grupo de artistas y restauradores que emplean las mismas técnicas y materiales que se usaban a principios del siglo XX. Llevamos a cabo un largo proceso de restauración, siendo siempre fieles a la Historia y cuidando hasta el último detalle la decoración original de 1912.



Por todo ello, la visita a este local está más que justificada. Bueno... por todo ello y por el magnífico cupón que adquirí en www.groupon.es, página de la cual soy fan absoluto, ya que gracias a ella estoy conociendo y probando numerosos locales de la provincia gaditana a precios, en muchas ocasiones, irrisorios (para los que estáis un poco perdidos, en otra ocasión os explicaré como funciona exactamente).
En este caso el cupón, consistía en 2 bebidas, 2 entrantes y 2 platos principales por 19 euros, para dos personas claro está. Por ello, si os metéis en la web del sitio, valoráis los precios, y comparáis, os daréis cuenta que en este caso utilice una de mis expresiones favoritas "Hoy aquí hemos robado".

Bueno, a lo que vamos, una vez sentados en nuestra mesa reservada previamente para el domingo a las 15:00, observado el local con detenimiento y admiración, y examinado la carta, ya teníamos claro que íbamos a pedir. Como es natural, primero nos sirvieron la bebida, una coca cola zero y una copa de vino blanco, y nos trajeron la cesta del pan y picos con los cubiertos. Podéis observar en la foto, que nos llevamos una grata sorpresa con la cesta del pan, ya que nos trajeron un surtido muy cuidado, que habla muy bien del sitio en el que vamos a comer.



De entrantes nos decidimos en primer lugar por la Ensalada Doreé (lleva el nombre en honor al empresario gaditano que lo fundó). La ensalada traía varios tipos de lechuga, canónigos, gajos de naranja (pequeñitos y perfectamente pelados), queso brie, tomates cherry, taquitos de membrillo y nueces, todo aderezado con vinagre balsámico de Jerez/Módena/etc. Nos dejó una grata impresión, tanto por su sabor como por su cantidad y su presentación.
Y en segundo lugar por las croquetas, que en este caso se presentaban en dos modalidades, de setas y de jamón serrano. A diferencia de otros lugares, aquí estaban en dados, y se acompañaban de una salsa de mayonesa muy fina. De presentación otra vez genial, de cantidad puesto que venían 8, cuatro de cada tipo, nos pareció una cantidad correcta, y de sabor... no sabría decidirme entre una u otra, quizás elegiría las de setas por ser las de jamón más usuales.



Para los platos principales, teníamos claro que queríamos probar la hamburguesa, una de las especialidades del local. Pero para el segundo plato principal, de entre las otras opciones que la carta ofrecía, y tras dudar, optamos por la milanesa de pollo.
Ambos platos venían acompañados por una guarnición de patatas fritas caseras, homemade french fries, y como podéis imaginar... fue imposible acabarlos. La hamburguesa venía con queso curado fundido, con bacon, lechuga y cebolla, todo ello en un pan de mollete de los auténticos, ni rastro del típico pan de hamburguesa tipo McDonald, y con dos salsitas: ketchup y mostaza en grano a la antigua. De sabor, al ser una hamburguesa casera, especialidad de la casa, estaba increíble.
La milanesa de pollo, consistía en un filete de pollo de dimensiones industriales, marinado en limón (deducimos ello por su sabor), y empanado, cuya presentación vimos que puede ser mejorable. En cuanto al sabor, estaba bien, aunque este plato realmente no tiene ningún misterio así que no le daremos más valor del que tiene.



En conclusión, tras hacer cuentas, y pagar 19 euros por una comida de 44, en un sitio tan romántico, y con platos elaborados, presentados, y con una calidad más que aceptable, recomiendo el sitio, aclarando que sin cupón resulta caro, pero eso sí, saldrá contento con lo degustado.


viernes, 22 de febrero de 2013

La manzana llega a "Barra sie7e"

Se acabó eso de jugar a ser adivinos con tu pareja o con tus amigos sobre los platos que sirven a la mesa de al lado ("¿que será eso que tiene tan buena pinta?"), o preguntarle al camarero si ese o aquel plato se puede compartir, si viene con acompañamiento, etc. En Barra sie7e es tan sencillo como coger el Ipad que te traen nada más concederte una mesa, o un hueco de barra, y consultar la carta directamente desde él.

Como apreciamos en la foto, una vez que el camarero nos ofrece la carta y el Ipad, me dispongo a ir uno a uno comparando, y a la vez que miro el plato veo la foto para decidirme por una u otra tapa. En la tablet encontramos la misma organización para la carta que en el formato básico, es decir: entrantes, latitas, pescados, puesto pescado, verduras, revueltos, arroces y carnes. Mención aparte reciben los postres, la carta de vinos, y las copas premium.



Como podéis observar, el cliente con un solo dedo es capaz de ir adentrándose en la carta, pasando de lo genérico a lo específico, para así terminar viendo la foto de la tapa que desea, qué, cómo podemos observar, una vez que nos la sirven, es un fiel reflejo de la foto que aparece en la carta. Aparte de ser una moderna opción de consultar la carta de un local, no deja de ser un punto a su favor, ya que habla muy bien del lugar. Al aparecer la foto del plato o de la tapa, podemos exigir que la presentación o la cantidad sea tal y como aparecen en la foto, siendo inevitable la comparación, sin tener que aceptar una menor dedicación a la hora de elaborarlo (los sabores de momento no pueden ser probados a través del Ipad).

¿Y que pedimos?, os preguntareis, porque mucho rollo de tablet, pero ¿y la comida qué? En esta ocasión, y tratándose ya de un clásico no pude resistirlo y convencí al resto de gastrotapeadores para probar la "Ensaladilla de gambas con mayonesa líquida", que bajo mi punto de vista, abusaba de la zanahoria, y escaseaba de gambas, pero eso sí, la mayonesa de esta ensaladilla no tiene parangón, y rápidamente me convence del éxito.



En segundo lugar decidimos probar las croquetas de jabugo, que se presentaban en seis unidades, y tenían una textura ideal. Como observamos en la foto vienen acompañadas de una salsa de tomate, que sirve como aderezo, y que no oculta el sabor del jamón que contiene la bechamel de la croqueta.



Por la foto que venía en la tablet, y por qué además últimamente está de moda, nos decidimos por unos raviolis (dos unidades) rellenos de pato que nos sorprendieron por el sabor de su relleno, y por la salsa que los acompañaba. No nos hubiera importado comernos una olla entera.



Ya por último pedimos arroz negro con chocos y ali-oli para cuatro. Bueno, en su justa medida, más cantidad hubiera resultado pesado, acompañado de un ali-oli que no se excedía en el ajo, etc.



Por último, para compartir entre los cuatro, nos dejamos seducir por el típico bizcocho templado con helado de vainilla, que tan de moda puso en Cádiz el restaurante El Faro. Otros sitios de Cádiz han seguido sus pasos incorporando el brownie, los conguitos, etc. pero para mí este sigue siendo el clásico, el de toda la vida.



Todo eso (2 tapas de ensaladilla de gambas, el plato de croquetas de jabugo, los raviolis de pato, el arroz para cuatro, el bizcocho templado, y 6 bebidas incluyendo dos copas de vino) salió por 50 euros, que si dividimos el precio entre cuatro, vemos la calidad de la comida, la presentación, y el trato recibido, consigue el aprobado.

http://www.barrasie7e.com/

sábado, 3 de noviembre de 2012

"Slowfood", un nuevo movimiento

Slow Food es un movimiento internacional nacido en Italia que se contrapone a la estandarización del gusto. Si miramos en nuestro territorio, en España Slow Food es una asociación ecogastronómica sin ánimo de lucro financiada por sus miembros que se fundó en 1989 para contrarrestar la fast food y la fast life, impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, por los orígenes, los sabores y las consecuencias de nuestras elecciones alimentarias.
Así, por ejemplo, y si seguimos bajando escalones, en Andalucía encontramos Slowfood SevillaySur, que promueven una alimentación buena, limpia y justa, protegiendo la biodiversidad y defendiendo los valores y las culturas locales. Como ellos mismos manifiestan “Somos lo que comemos”, en ello nos va la salud y el placer. Defender la biodiversidad y la protección del patrimonio alimentario, reivindicando el derecho al placer y a la convivencia, es una tarea cada vez más necesaria y urgente.
Por último, en Cádiz tengo constancia de que la cadena de restaurantes que dirige Raúl Cueto, proclaman su interés por potenciar el Slowfood en la capital.

Para que se entienda, un restaurante en Cádiz potencia Slowfood cuando ofrece frutas y verduras de Conil por ejemplo, carnes de la sierra de Cádiz, pescados de la Bahía, o cuando directamente compra caballas en la playa de la Caleta. Hay productos de nuestra zona que están erigiéndose en banderas de este movimiento, como el tomate roteño, el limón dulce de Zahara de la Sierra, el Voraz de Tarifa (besugo), la Sal de Hielo o Flor de la Sal es la sal marina de más alta calidad entre las existentes en el mundo (San Fernando), el atún rojo de Conil o Barbate, langostinos de Sanlúcar, las algas que crecen en las salinas de San Fernando)...





Los restaurantes que promocionan el Slow food, se distinguen con el distintivo de "Cocina Kilómetro cero", que sólo poseen aquellos establecimientos que compran los alimentos directamente a los productores en un radio inferior a 100 kilómetros, por lo que los productos que se adquieren son principalmente ecológicos. Está demostrado que si comemos los productos que crecen en nuestro entorno, que maduran en nuestro clima, con la humedad de la zona, etc. mejoramos en salud, a la vez que ayudamos en tiempo de crisis a potenciar a pequeños empresarios y al comercio de la provincia.

Dicho esto... unámonos a este movimiento y hagamos Slowfood!!!

PD: Ahí os dejo una serie de páginas referentes a este movimiento.


http://www.slowfoodsevillaysur.es/

http://slowfood.es/

http://www.suralgae.com/

jueves, 25 de octubre de 2012

28 Avenue


El grupo Vélez, es una empresa gaditana dedicada a la restauración, que además de ofrecernos una gran variedad de restaurantes repartidos por Cádiz y provincia, dispone de cátering para todo tipo de eventos, celebraciones, bodas e inauguraciones.

Este grupo ofrece al comensal la perfecta fusión de la comida andaluza e internacional, una cocina sencilla, sabrosa y abundante pero no exenta de sofisticación. He tenido la oportunidad de comer en todos, menos en el de San Fernando, y aunque tienen cartas muy parecidas, y coinciden en muchos de sus platos, cada restaurante tiene su encanto, y tiene cosas diferentes que ofrecer.

Así, en Cádiz, encontramos:

- "Balandro" http://www.restaurantebalandro.com/
- "La tienda de Vélez"
- "Avenida 28"

En la provincia:

- "Albarizuela", en Puerto Real http://www.albarizuela.es/
- "El real de Vélez", en San Fernando

En este caso el post va a ir dedicado al que para mí, de los restaurantes de este grupo que encontramos en Cádiz capital, es el mejor por cercanía a mi casa entre otras cosas, y por qué siempre que voy salgo más contento que en los demás: Avenida 28. Está situado en la Avenida Andalucía número 28, como bien indica su nombre, y el local aunque es pequeñito, esta bien apañado de mesas y sillas altas. Además desde hace un año a lo sumo, añadieron unas 6-8 mesas aproximadamente a la terraza.

Si le buscamos un inconveniente a este local, es que cuando llegas y estas esperando para que te atiendan, aquello se convierte un poco en la jungla, y tienes que buscarte la vida para hacerte un hueco. Además, tienes que esperar de forma atenta a que alguien pida la cuenta para así ocupar el lugar que queda libre. Aparte, los camareros no van mesa por mesa atendiendo, es decir, de dentro de la barra no se mueven, con lo cual eres tu mismo el que tienes que darles los platos que ocupan tu mesa, y recoger los tuyos de la barra para llevarlos hasta ella.

Una vez allí, en la mesa y con la carta por delante, nos encontramos con una gran variedad de platos, que oscilan de precio medio entre 4,5 y 6 euros, de copiosa cantidad, y con muy buena presentación. Carnes, pescados, horneados, tostas, entrantes fríos, y postres completan la carta, destacando por ejemplo los platos italianos, como la lasaña (que está realmente buena), los canelones o el pollo enrollado en masa de pizza a los 3 quesos.

Esta vez, éramos 4, y como ya somos clientes asiduos, fuimos conscientes de que pidiendo 4 platos, uno cada uno, nos quedaríamos bien, y así tendríamos posibilidad de pedir algún postre. Los platos elegidos fueron los siguientes:

1. Ensalada con lomo ibérico asado, jamón y crema de queso. Como veis en las fotos estaba muy bien presentado, y como podemos deducir por su nombre, era una ensalada con tiras grandes de lomo ibérico asado (tipo carne mechá), una riquísima crema de queso y hojas grandes y verdes de lechuga, todo cubierto por lonchas de jamón serrano. Espectacular mezcla de sabores.



2. Paté de ibéricos a las 3 salsas. Este paté, es un clásico y aunque el paté de cabracho es para mi gusto junto con el que ponen en el Faro, de los mejores de Cádiz, las cebollitas caramelizadas que le ponen arriba, y las tres salsas: mayonesa, salsa rosa, y mayonesa con mostaza a la antigua en granos, le dan al paté un toque especial, diferente.


3. Patatas pochas con chistorra y berenjena. El emplatado se lleva a cabo en una sartén donde nos presentan las patatas fritas y blanditas, con chistorra y queso, todo mezclado con verduritas, en plan revuelto. Nunca lo habíamos pedido, y nos gustó, pero no será algo que repita la próxima vez que vaya.


4. Medallón de Secreto ibérico con queso de cabra y jamón serrano. Estaba exquisito, y como se aprecia en la foto no era más que un fondo de patatas, un filete grueso de secreto con queso de cabra encima y posterior cubierta de jamón serrano.


Si, nosotros también nos dimos cuenta al ver como llegaban los platos, que todo estaba acompañado de queso y algo ibérico, pero y que? mejor que venga acompañado de jamón, y no de tomatitos cherry no?

Para los postres, después de una dura negociación, nos decidimos por el típico brownie de chocolate, con helado de vainilla y chocolate caliente, y la mousse de queso mascarpone con mermelada de frambuesa y fondo de oreo y natillas (ambos acompañados de conguitos de los blancos!!!).



La multa de los 4 platos, los dos postres y 4 bebidas (alucinas con el tamaño de las cervezas a tintos de verano) fue de 36 euros en total, unos 9 euros por persona, y como me tocó esta vez invitar a mi, quedé súper súper contento.

Por último me gustaría destacar la rapidez con la que nos sirvieron los platos, ya que no pasaron ni 10 minutos desde que pedimos los platos y teníamos ya los dos primeros en la mesa.

Buen provecho!!!

jueves, 4 de octubre de 2012

Unaaaa de croquetassss !!! Oidoooo cocinaaaa...

Mi segunda receta sugerida va para las croquetas de pinchitos. No es la primera vez que hago croquetas de pinchito, por que aunque me desvirgué con las croquetas de pinchitos de pollo, esta vez cambié y fueron pinchitos de cerdo.

La croquetología es una ciencia que estudia los diferentes tipos de croquetas, bechameles, y empanados varios. Además, pueden variarse cada uno de estos factores para así alterar el producto, consiguiendo diferentes y exquisitos resultados. En este caso, opté por una bechamel clásica, fina que tendrá todo el sabor de los ingredientes, pinchitos de cerdo en este caso, pero sin que puedan apreciarse los típicos "tropezones" o "trocitos de", y un empanado típico (actualmente se llevan los empanados combinando pan rallado con diferentes frutos secos o incluso cereales).

En primer lugar hay que hacer la bechamel. Hay muchas opciones y recetas, y cada uno tiene su propio truco. El mío en concreto es calentar en el microondas un vaso con una cucharada sopera de mantequilla (generosa) hasta que quede líquida, con un chorrito muy pequeño de aceite. Una vez que tenemos eso mezclado, añadimos una cucharada sopera (generosa también) de harina. Todo esto se remueve hasta formar una masa espesa pero líquida, que al tumbar el vaso sea capaz de caer por sí sola (tipo puré de verduras).

A la vez, mientras hice la bechamel puse a calentar leche en un cazo. Es mejor hacerla con poca cantidad y luego ir añadiéndole leche a nuestro antojo, ya que si lo hacemos con mucha cantidad de leche y nos sale mal (con grumos) tendremos que tirarla y desperdiciaremos más cantidad. Cuando la leche estuvo caliente, y tras salpimentarla y añadirle nuez moscada, volcamos el vaso con la masa anterior, que como dijimos caerá lentamente, y fui removiendo con utensilio de madera adquiriendo poco a poco el espesor deseado. Una vez hecha la bechamel, quedara muy espesa debido a la poca cantidad de leche, la apartamos del fuego y reservamos.

Por otro lado, tras hacer los trozos de pinchitos de cerdo en una sartén sin apenas aceite, vertimos, para batir, éstos trozos de cerdo junto a un chorrito de leche en un vaso de batidora. Batirlo mucho o poco dependerá de cada uno, a mi particularmente no me gusta que lleve tropezones, suelo preferir una bechamel fina, que tenga el gusto y el sabor a lo que deseamos.

Una vez batido, añadimos esta masa a la bechamel que teníamos en el cazo ya reservada, mezclándolo todo al fuego, sin parar de remover, y añadiendo más leche si fuera necesario. Si vemos que se nos quedó corta la masa, podemos volver a hacer bechamel aparte con la formula anterior para volver a añadírsela a la mezcla final.

Dicen los entendidos que la masa estará en su punto cuando vemos que ésta se despega del fondo de la cacerola. Cuando sea así, serviremos sobre una fuente, plato hondo, etc. para dejar enfriar a temperatura ambiente y posteriormente en el frigorífico donde conservaremos la masa.


El último paso y quizás el que menos suele gustar, es el de hacer las croquetas y empanarlas. Primero se le da forma, se mojan en huevo, y tras pasarlas por pan rayado y darle la forma final deseada (bolitas, alargadas, etc.) estarán listas para freír y consumir.

El resultado final como podéis observar fue el deseado. Animaros, el fantástico mundo de la croquetología os espera. Próximamente iré añadiendo nuevas variantes.

Ingredientes:
- Para la bechamel: cucharada sopera de mantequilla, chorrito de aceite, cucharada sopera de harina, 1 vaso grande de leche, sal, pimienta y nuez moscada.
- 250 gr. de pinchitos de cerdo, un chorrito de leche, pan rallado y un huevo batido.



viernes, 14 de septiembre de 2012

Paté de papas aliñás

He decidido tras meses y meses de estudio, diferentes castings, pruebas varias y demás, dedicar mi primer post de una receta propia al "Paté de papas aliñás". Mi idea de poner en práctica este paté es por que ya en varias ocasiones ha llegado a mis oídos que el Restaurante "El viajero Cádiz" lo tiene dentro de su carta (No tardaré en hacer una visita por el restaurante y hacer un post dedicado, www.elviajerocadiz.es). Como tenía visita en casa de mis amigos y quería sorprenderlos con algo que pocos hubieran probado, entre otras cosas me decante por este paté.

Así que tras ver que casi todos los pates suelen tener una base de nata, quesos el caserío, etc. me puse manos a la obra a experimentar, sin tener muy claro cual seria el resultado final (me salió bien a la primera lo prometo).

Lo primero era hacer papas aliñás, así que la noche anterior hice papas aliñás, no mucha cantidad por que no se trataba de hacer una fuente, ni de que me saliesen cuencos y cuencos de paté (5-6 patatas de las redonditas, cebollita, atún, aceite, vinagre, sal y perejil), receta básica y simple. Por recomendación, lo aliñé todo y lo estrujé con el tenedor para dejarlo en el frigorífico durante toda la noche, pensando que así estrujadito cogería mejor el sabor del aliño (efectivamente así fue, gracias por ese consejo).

Así que, a la mañana siguiente, opté por, en un cazo pequeñito al fuego, poner medio vaso pequeñito de leche con 8 porciones de quesitos el caserío, que poco a poco se fueron derritiendo formándose una pasta algo más espesa que la leche. Una vez en caliente todo, decidí añadirle una cucharadita pequeña de gelatina neutra en polvo, intentando que una vez añadido al paté cuajara en el frigorífico.

Tras unos minutos removiendo esta pasta, aparté el cazo del fuego y vertí el contenido en un vaso de batidora, añadiendo posteriormente toda la masa estrujada de papas aliñás que había hecho la noche anterior. Tras unos segundos batiendo, no mucho para no dejarlo en plan puré ya que particularmente en los patés me gusta encontrar algún que otro tropezón pequeñito, dispuse sobre dos cuencos el paté que me había salido, y lo metí en el frigorífico esperando que diera resultado...


Como salieron dos cuencos, al medío día decidimos probarlo y... flipamos. Lo bueno de este paté es que siempre puedes añadirle más aceite o sal por ejemplo si te ha quedado soso o muy seco, además puede ser acompañado como el paté de cabracho por mayonesa. No se como estará el del restaurante por que no he ido todavía a probarlo, probablemente mejor que el mío, pero creo que por la noche a mis amigos les encanto. Y yo, les sorprendí una vez más.


Ingredientes:

Para las papás aliñás: 5-6 patatas redonditas, agua, aceite virgen, vinagre de vino blanco, sal, perejil fresco (fundamental), cebolla y atún.

Para el paté: medio vaso de leche, 8 quesitos el caserío, una cucharada pequeña de gelatina neutra en polvo.

Para el emplatado: cualquier tipo de tosta para untar, yo me decante por los crackers.





PD: Espero que os guste !!!



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