Se acabó eso de jugar a ser adivinos con tu pareja o con tus amigos sobre los platos que sirven a la mesa de al lado ("¿que será eso que tiene tan buena pinta?"), o preguntarle al camarero si ese o aquel plato se puede compartir, si viene con acompañamiento, etc. En Barra sie7e es tan sencillo como coger el Ipad que te traen nada más concederte una mesa, o un hueco de barra, y consultar la carta directamente desde él.
Como apreciamos en la foto, una vez que el camarero nos ofrece la carta y el Ipad, me dispongo a ir uno a uno comparando, y a la vez que miro el plato veo la foto para decidirme por una u otra tapa. En la tablet encontramos la misma organización para la carta que en el formato básico, es decir: entrantes, latitas, pescados, puesto pescado, verduras, revueltos, arroces y carnes. Mención aparte reciben los postres, la carta de vinos, y las copas premium.
Como podéis observar, el cliente con un solo dedo es capaz de ir adentrándose en la carta, pasando de lo genérico a lo específico, para así terminar viendo la foto de la tapa que desea, qué, cómo podemos observar, una vez que nos la sirven, es un fiel reflejo de la foto que aparece en la carta. Aparte de ser una moderna opción de consultar la carta de un local, no deja de ser un punto a su favor, ya que habla muy bien del lugar. Al aparecer la foto del plato o de la tapa, podemos exigir que la presentación o la cantidad sea tal y como aparecen en la foto, siendo inevitable la comparación, sin tener que aceptar una menor dedicación a la hora de elaborarlo (los sabores de momento no pueden ser probados a través del Ipad).
¿Y que pedimos?, os preguntareis, porque mucho rollo de tablet, pero ¿y la comida qué? En esta ocasión, y tratándose ya de un clásico no pude resistirlo y convencí al resto de gastrotapeadores para probar la "Ensaladilla de gambas con mayonesa líquida", que bajo mi punto de vista, abusaba de la zanahoria, y escaseaba de gambas, pero eso sí, la mayonesa de esta ensaladilla no tiene parangón, y rápidamente me convence del éxito.
En segundo lugar decidimos probar las croquetas de jabugo, que se presentaban en seis unidades, y tenían una textura ideal. Como observamos en la foto vienen acompañadas de una salsa de tomate, que sirve como aderezo, y que no oculta el sabor del jamón que contiene la bechamel de la croqueta.
Por la foto que venía en la tablet, y por qué además últimamente está de moda, nos decidimos por unos raviolis (dos unidades) rellenos de pato que nos sorprendieron por el sabor de su relleno, y por la salsa que los acompañaba. No nos hubiera importado comernos una olla entera.
Ya por último pedimos arroz negro con chocos y ali-oli para cuatro. Bueno, en su justa medida, más cantidad hubiera resultado pesado, acompañado de un ali-oli que no se excedía en el ajo, etc.
Por último, para compartir entre los cuatro, nos dejamos seducir por el típico bizcocho templado con helado de vainilla, que tan de moda puso en Cádiz el restaurante El Faro. Otros sitios de Cádiz han seguido sus pasos incorporando el brownie, los conguitos, etc. pero para mí este sigue siendo el clásico, el de toda la vida.
Todo eso (2 tapas de ensaladilla de gambas, el plato de croquetas de jabugo, los raviolis de pato, el arroz para cuatro, el bizcocho templado, y 6 bebidas incluyendo dos copas de vino) salió por 50 euros, que si dividimos el precio entre cuatro, vemos la calidad de la comida, la presentación, y el trato recibido, consigue el aprobado.
http://www.barrasie7e.com/
La gastronomia, recetas propias y sugeridas por amigos, la gastrofotonomia, y el tapeo por Cadiz
viernes, 22 de febrero de 2013
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