sábado, 23 de marzo de 2013

Después de 70 años...

El único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y posiblemente en toda España. Sus ricas pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, junto al mobiliario de las primeras décadas del siglo XX, no deja indiferente al visitante. Así es como se nos presenta el Café Royalty en su propia web: http://www.caferoyalty.com/



Setenta años han tenido que pasar para que por fin abriera sus puertas de nuevo este local, que exhibe orgulloso en una encantadora plaza del Cádiz más antiguo: la Plaza Candelaria, antigua Plaza Emilio Castelar. Emblemático y elegante espacio muy visitado en la época por la alta burguesía gaditana.

El empresario gaditano Gómez Doreé abre por primera vez sus puertas en 1912, festejando el centenario de Las Cortes de Cádiz de 1812. Gracias a su suntuosa decoración, exquisitos productos, servicio esmerado y conciertos todas las noches, se convierte rápidamente en el café más visitado de la ciudad.

En el año 2008, Ricardo de la Serna Viguera y Ana Dolores Martín Fernández compran el establecimiento y deciden restaurarlo minuciosamente, para devolverle así el esplendor de antaño y recuperar la marca Café Royalty.

Después de una meticulosa investigación, reunimos a un grupo de artistas y restauradores que emplean las mismas técnicas y materiales que se usaban a principios del siglo XX. Llevamos a cabo un largo proceso de restauración, siendo siempre fieles a la Historia y cuidando hasta el último detalle la decoración original de 1912.



Por todo ello, la visita a este local está más que justificada. Bueno... por todo ello y por el magnífico cupón que adquirí en www.groupon.es, página de la cual soy fan absoluto, ya que gracias a ella estoy conociendo y probando numerosos locales de la provincia gaditana a precios, en muchas ocasiones, irrisorios (para los que estáis un poco perdidos, en otra ocasión os explicaré como funciona exactamente).
En este caso el cupón, consistía en 2 bebidas, 2 entrantes y 2 platos principales por 19 euros, para dos personas claro está. Por ello, si os metéis en la web del sitio, valoráis los precios, y comparáis, os daréis cuenta que en este caso utilice una de mis expresiones favoritas "Hoy aquí hemos robado".

Bueno, a lo que vamos, una vez sentados en nuestra mesa reservada previamente para el domingo a las 15:00, observado el local con detenimiento y admiración, y examinado la carta, ya teníamos claro que íbamos a pedir. Como es natural, primero nos sirvieron la bebida, una coca cola zero y una copa de vino blanco, y nos trajeron la cesta del pan y picos con los cubiertos. Podéis observar en la foto, que nos llevamos una grata sorpresa con la cesta del pan, ya que nos trajeron un surtido muy cuidado, que habla muy bien del sitio en el que vamos a comer.



De entrantes nos decidimos en primer lugar por la Ensalada Doreé (lleva el nombre en honor al empresario gaditano que lo fundó). La ensalada traía varios tipos de lechuga, canónigos, gajos de naranja (pequeñitos y perfectamente pelados), queso brie, tomates cherry, taquitos de membrillo y nueces, todo aderezado con vinagre balsámico de Jerez/Módena/etc. Nos dejó una grata impresión, tanto por su sabor como por su cantidad y su presentación.
Y en segundo lugar por las croquetas, que en este caso se presentaban en dos modalidades, de setas y de jamón serrano. A diferencia de otros lugares, aquí estaban en dados, y se acompañaban de una salsa de mayonesa muy fina. De presentación otra vez genial, de cantidad puesto que venían 8, cuatro de cada tipo, nos pareció una cantidad correcta, y de sabor... no sabría decidirme entre una u otra, quizás elegiría las de setas por ser las de jamón más usuales.



Para los platos principales, teníamos claro que queríamos probar la hamburguesa, una de las especialidades del local. Pero para el segundo plato principal, de entre las otras opciones que la carta ofrecía, y tras dudar, optamos por la milanesa de pollo.
Ambos platos venían acompañados por una guarnición de patatas fritas caseras, homemade french fries, y como podéis imaginar... fue imposible acabarlos. La hamburguesa venía con queso curado fundido, con bacon, lechuga y cebolla, todo ello en un pan de mollete de los auténticos, ni rastro del típico pan de hamburguesa tipo McDonald, y con dos salsitas: ketchup y mostaza en grano a la antigua. De sabor, al ser una hamburguesa casera, especialidad de la casa, estaba increíble.
La milanesa de pollo, consistía en un filete de pollo de dimensiones industriales, marinado en limón (deducimos ello por su sabor), y empanado, cuya presentación vimos que puede ser mejorable. En cuanto al sabor, estaba bien, aunque este plato realmente no tiene ningún misterio así que no le daremos más valor del que tiene.



En conclusión, tras hacer cuentas, y pagar 19 euros por una comida de 44, en un sitio tan romántico, y con platos elaborados, presentados, y con una calidad más que aceptable, recomiendo el sitio, aclarando que sin cupón resulta caro, pero eso sí, saldrá contento con lo degustado.


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