domingo, 12 de mayo de 2013

Colored Spaguettis

Buscando por la red el otro día, entre recetas, blogs de cocinas, etc. Descubrí los colorantes alimentarios. Los colorantes alimentarios son un tipo de aditivos alimentarios que proporcionan color a los alimentos (en su mayoría bebidas), que si están presentes en los alimentos se consideran naturales y si por el contrario se añaden a los alimentos durante su preprocesado mediante la intervención humana se denominan artificiales.
Así que, dándole vueltas al asunto, estuve un rato reflexionando, viendo donde utilizarlos, cómo utilizarlos, y para qué, ya que su uso más común es la pastelería y repostería. No me convencía darle ese uso, prefería algo más atípico, algo que llamase la atención. Entre tantas ideas, se encendió la bombilla, y se me ocurrió colorear espaguetis de diferentes tonalidades.
El problema era como colorearlos. Una vez decidido, y puesto en práctica, esto fue lo que salió.


En primer lugar, como dije fui al supermercado y compré los colorantes alimentarios. Tengo entendido que el Mercadona los venden, y no se incluso si hay mas variedad o incluso otras marcas. Yo en concreto en Carrefour los que encontré fueron estos.



Además, creí oportuno comprar estas bolsitas para congelar comida, que me iban a servir para llevar a cabo mi receta.



Tras esto, puse una cacerola grande con agua a calentar para llevar a ebullición y una vez conseguido... cocer los espaguettis en el tiempo estimado. No me gusta nunca dejar los espaguettis los minutos que pone en la bolsa, ya que luego siempre se vuelven a cocinar con salsa, en el horno, etc. y es cuando se terminan de cocinar.

Mientras la pasta se cocía, fui metiendo en cada bolsita unas 20 gotitas de colorante alimentario (rojo, azul y amarillo), además de mezclar en dos bolsas más 10 gotas de azul con 10 de rojo (morado), y 10 gotas de amarillo con 10 de azul (verde). a cada bolsita le añadí posteriormente unos 10-15 ml. de agua.
El resultado fue este.



Una vez apartada la cacerola del fuego y muy muy bien escurrida la pasta (es fundamental para que no se añada mas agua a la mezcla de los colorantes), fui separando los espaguettis y añadiendo en cada bolsa, a ojo eh, uno a uno por supuesto no.



Una vez estaba la pasta en cada bolsa, los removí para que se impregnaran bien del colorante, y los volví a escurrir, por separado cada color, para que no se mezclaran. Una vez finalizado, los espaguettis ya estaban listos para ser cocinados. Esta vez, la primera vez, para no meter la pata, ni complicarme mucho más y que además quedaran así de llamativos, decidí simplemente saltearlos en una sartén con un poquito de aceite, ajito picado y perejil. Finalmente el plato una vez salteado y demás, quedó así.



Espero que os haya gustado esta novedosa receta, y la pongáis en práctica sacando vuestras propias mezclas, colores, pastas, etc. Saludossss.

sábado, 23 de marzo de 2013

Después de 70 años...

El único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y posiblemente en toda España. Sus ricas pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, junto al mobiliario de las primeras décadas del siglo XX, no deja indiferente al visitante. Así es como se nos presenta el Café Royalty en su propia web: http://www.caferoyalty.com/



Setenta años han tenido que pasar para que por fin abriera sus puertas de nuevo este local, que exhibe orgulloso en una encantadora plaza del Cádiz más antiguo: la Plaza Candelaria, antigua Plaza Emilio Castelar. Emblemático y elegante espacio muy visitado en la época por la alta burguesía gaditana.

El empresario gaditano Gómez Doreé abre por primera vez sus puertas en 1912, festejando el centenario de Las Cortes de Cádiz de 1812. Gracias a su suntuosa decoración, exquisitos productos, servicio esmerado y conciertos todas las noches, se convierte rápidamente en el café más visitado de la ciudad.

En el año 2008, Ricardo de la Serna Viguera y Ana Dolores Martín Fernández compran el establecimiento y deciden restaurarlo minuciosamente, para devolverle así el esplendor de antaño y recuperar la marca Café Royalty.

Después de una meticulosa investigación, reunimos a un grupo de artistas y restauradores que emplean las mismas técnicas y materiales que se usaban a principios del siglo XX. Llevamos a cabo un largo proceso de restauración, siendo siempre fieles a la Historia y cuidando hasta el último detalle la decoración original de 1912.



Por todo ello, la visita a este local está más que justificada. Bueno... por todo ello y por el magnífico cupón que adquirí en www.groupon.es, página de la cual soy fan absoluto, ya que gracias a ella estoy conociendo y probando numerosos locales de la provincia gaditana a precios, en muchas ocasiones, irrisorios (para los que estáis un poco perdidos, en otra ocasión os explicaré como funciona exactamente).
En este caso el cupón, consistía en 2 bebidas, 2 entrantes y 2 platos principales por 19 euros, para dos personas claro está. Por ello, si os metéis en la web del sitio, valoráis los precios, y comparáis, os daréis cuenta que en este caso utilice una de mis expresiones favoritas "Hoy aquí hemos robado".

Bueno, a lo que vamos, una vez sentados en nuestra mesa reservada previamente para el domingo a las 15:00, observado el local con detenimiento y admiración, y examinado la carta, ya teníamos claro que íbamos a pedir. Como es natural, primero nos sirvieron la bebida, una coca cola zero y una copa de vino blanco, y nos trajeron la cesta del pan y picos con los cubiertos. Podéis observar en la foto, que nos llevamos una grata sorpresa con la cesta del pan, ya que nos trajeron un surtido muy cuidado, que habla muy bien del sitio en el que vamos a comer.



De entrantes nos decidimos en primer lugar por la Ensalada Doreé (lleva el nombre en honor al empresario gaditano que lo fundó). La ensalada traía varios tipos de lechuga, canónigos, gajos de naranja (pequeñitos y perfectamente pelados), queso brie, tomates cherry, taquitos de membrillo y nueces, todo aderezado con vinagre balsámico de Jerez/Módena/etc. Nos dejó una grata impresión, tanto por su sabor como por su cantidad y su presentación.
Y en segundo lugar por las croquetas, que en este caso se presentaban en dos modalidades, de setas y de jamón serrano. A diferencia de otros lugares, aquí estaban en dados, y se acompañaban de una salsa de mayonesa muy fina. De presentación otra vez genial, de cantidad puesto que venían 8, cuatro de cada tipo, nos pareció una cantidad correcta, y de sabor... no sabría decidirme entre una u otra, quizás elegiría las de setas por ser las de jamón más usuales.



Para los platos principales, teníamos claro que queríamos probar la hamburguesa, una de las especialidades del local. Pero para el segundo plato principal, de entre las otras opciones que la carta ofrecía, y tras dudar, optamos por la milanesa de pollo.
Ambos platos venían acompañados por una guarnición de patatas fritas caseras, homemade french fries, y como podéis imaginar... fue imposible acabarlos. La hamburguesa venía con queso curado fundido, con bacon, lechuga y cebolla, todo ello en un pan de mollete de los auténticos, ni rastro del típico pan de hamburguesa tipo McDonald, y con dos salsitas: ketchup y mostaza en grano a la antigua. De sabor, al ser una hamburguesa casera, especialidad de la casa, estaba increíble.
La milanesa de pollo, consistía en un filete de pollo de dimensiones industriales, marinado en limón (deducimos ello por su sabor), y empanado, cuya presentación vimos que puede ser mejorable. En cuanto al sabor, estaba bien, aunque este plato realmente no tiene ningún misterio así que no le daremos más valor del que tiene.



En conclusión, tras hacer cuentas, y pagar 19 euros por una comida de 44, en un sitio tan romántico, y con platos elaborados, presentados, y con una calidad más que aceptable, recomiendo el sitio, aclarando que sin cupón resulta caro, pero eso sí, saldrá contento con lo degustado.


viernes, 22 de febrero de 2013

La manzana llega a "Barra sie7e"

Se acabó eso de jugar a ser adivinos con tu pareja o con tus amigos sobre los platos que sirven a la mesa de al lado ("¿que será eso que tiene tan buena pinta?"), o preguntarle al camarero si ese o aquel plato se puede compartir, si viene con acompañamiento, etc. En Barra sie7e es tan sencillo como coger el Ipad que te traen nada más concederte una mesa, o un hueco de barra, y consultar la carta directamente desde él.

Como apreciamos en la foto, una vez que el camarero nos ofrece la carta y el Ipad, me dispongo a ir uno a uno comparando, y a la vez que miro el plato veo la foto para decidirme por una u otra tapa. En la tablet encontramos la misma organización para la carta que en el formato básico, es decir: entrantes, latitas, pescados, puesto pescado, verduras, revueltos, arroces y carnes. Mención aparte reciben los postres, la carta de vinos, y las copas premium.



Como podéis observar, el cliente con un solo dedo es capaz de ir adentrándose en la carta, pasando de lo genérico a lo específico, para así terminar viendo la foto de la tapa que desea, qué, cómo podemos observar, una vez que nos la sirven, es un fiel reflejo de la foto que aparece en la carta. Aparte de ser una moderna opción de consultar la carta de un local, no deja de ser un punto a su favor, ya que habla muy bien del lugar. Al aparecer la foto del plato o de la tapa, podemos exigir que la presentación o la cantidad sea tal y como aparecen en la foto, siendo inevitable la comparación, sin tener que aceptar una menor dedicación a la hora de elaborarlo (los sabores de momento no pueden ser probados a través del Ipad).

¿Y que pedimos?, os preguntareis, porque mucho rollo de tablet, pero ¿y la comida qué? En esta ocasión, y tratándose ya de un clásico no pude resistirlo y convencí al resto de gastrotapeadores para probar la "Ensaladilla de gambas con mayonesa líquida", que bajo mi punto de vista, abusaba de la zanahoria, y escaseaba de gambas, pero eso sí, la mayonesa de esta ensaladilla no tiene parangón, y rápidamente me convence del éxito.



En segundo lugar decidimos probar las croquetas de jabugo, que se presentaban en seis unidades, y tenían una textura ideal. Como observamos en la foto vienen acompañadas de una salsa de tomate, que sirve como aderezo, y que no oculta el sabor del jamón que contiene la bechamel de la croqueta.



Por la foto que venía en la tablet, y por qué además últimamente está de moda, nos decidimos por unos raviolis (dos unidades) rellenos de pato que nos sorprendieron por el sabor de su relleno, y por la salsa que los acompañaba. No nos hubiera importado comernos una olla entera.



Ya por último pedimos arroz negro con chocos y ali-oli para cuatro. Bueno, en su justa medida, más cantidad hubiera resultado pesado, acompañado de un ali-oli que no se excedía en el ajo, etc.



Por último, para compartir entre los cuatro, nos dejamos seducir por el típico bizcocho templado con helado de vainilla, que tan de moda puso en Cádiz el restaurante El Faro. Otros sitios de Cádiz han seguido sus pasos incorporando el brownie, los conguitos, etc. pero para mí este sigue siendo el clásico, el de toda la vida.



Todo eso (2 tapas de ensaladilla de gambas, el plato de croquetas de jabugo, los raviolis de pato, el arroz para cuatro, el bizcocho templado, y 6 bebidas incluyendo dos copas de vino) salió por 50 euros, que si dividimos el precio entre cuatro, vemos la calidad de la comida, la presentación, y el trato recibido, consigue el aprobado.

http://www.barrasie7e.com/

Datos personales

Buscar este blog

Seguidores

Vistas de página en total